24 enero 2007

ANÉCDOTAS DE PICASSO

Breve relato de una performance
Pablo Ruiz Picasso era un creador obsesivo. Una prueba de esta obsesión es la cantidad de cuadros, dibujos, grabados, esculturas y piezas de cerámica que creó. Pero lo más curioso es que no creaba sólo con sus manos. En sus ratos de ocio, tenía una necesidad irresistible de crear. Así, cuando estaba en compañía de amigos íntimos, solía inventar juegos particularmente creativos.
Esta foto es prueba de ello.
Un día de noviembre de 1965, como hacía a menudo, Picasso inventó un juego. Deambulando por su estudio, cogió una escultura que había en el suelo y un pareo indonesio que encontró en el cuarto contiguo. Cubrió una mesa con el pareo y colocó encima la cabeza esculpida de colores. Parecía decidido a crear un nuevo Picasso, improvisando una "performance", término inventado años más tarde en Estados Unidos.
Como no estaba muy contento con su creación, fue a buscar uno de sus cuadros, un pequeño óleo de los años 50, y juntó todos los elementos sobre una silla de enea, de una forma muy meticulosa y demorada. El pintor estuvo mirando su nuevo Picasso mientras yo sacaba fotos. De repente, me habló por primera vez desde el principio del juego:
- ¿Qué te parece?
- No está mal.
- Pues yo creo que no funciona.

Sin decir nada más, sacó el cuadrito, lo puso a un lado, se acercó a la silla enérgicamente y tomó una decisión irrebatible. Asiendo la escultura y el pareo con su mano izquierda mientras sujetaba un cigarrillo con la derecha, se sentó, cubierto por la tela hasta la cintura, y se puso la escultura sobre la cabeza.
- ¿A que parezco un hechicero africano?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

la verdad bien echo lo he copiado para un trabajo

Anónimo dijo...

buen blog