05 julio 2006

Nikola Tesla vuelve a iluminar el mundo

Se cumplen 150 años del nacimiento de Nikola Tesla, un científico genial que murió en la pobreza y con su talento no reconocido. Ahora, la mayoría de sus descubrimientos fascinan por lo que se adelantaron a su tiempo, y el mundo entero le celebra como lo que fue: un genio asombroso.
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Nikola Testla dominó la corriente alterna, inventó la tecnología de la radio y patentó 700 inventos, incluyendo el control remoto sin cable y las bujías. Pero en 1943, el inventor murió solo en una habitación de hotel neoyorquina de un ataque al corazón, fue una figura marginal y discutida, también en la comunidad científica.
Estaba en la pobreza, obsesionado por el número tres, y vio como el Premio Nóbel le era otorgado a otro hombre por un invento que él había creado unos años antes.
“Las ideas de Nikola Tesla”, publicó el New York Times en su obituario, “bordearon, a medida que envejecía, y de forma creciente lo que algunos consideraban lo fantástico”. El propio Tesla insistió una vez en que “el presente es suyo, el futuro es mío”.
Ese futuro, al parecer, es ahora. Este año (el 150 aniversario del nacimiento de Tesla) el Aeropuerto Internacional de Belgrado será renombrado Aeropuerto Nikola Tesla. En la orilla canadiense de las Cataratas del Niágara, se destapará una estatua en honor del hombre cuyo trabajo permitió la construcción de la primera planta hidroeléctrica del mundo. Tesla es también el científico loco preferido por los amantes del underground. Aparece en novelas, en juegos, en una ópera y en un manga japonés, y es el protagonista de varias canciones; incluyendo algunas que le dedicó una popular banda metal de los ochenta que se llamaba como él. En la película de Jim Jarmush (filmada en 2004) Coffee and Cigarettes, el músico Jack White muestra una bobina de Tesla. A finales de este año, David Bowie representará el papel del serbo-americano en The Prestige, una película dirigida por Christopher Nolan (Memento, Batman Begins.
La propia habilidad de Tesla para visualizar detalles precisos de sus inventos comenzó en la infancia temprana. Cuando vio un grabado de acero de las Cataratas del Niágara, por ejemplo, se imaginó una rueda volteada por el agua; treinta años antes de que la planta hidroeléctrica se hiciera realidad.
Después de estudiar mecánica, física e ingeniería en Austria y Checoslovaquia, Tesla trabajó como ingeniero eléctrico en Hungría y Francia. Después, en 1884, emigró a Nueva York, donde se incorporó al laboratorio de Thomas Edison.
En un año, entre los dos desarrollaron la corriente alterna (AC). Edison intentó demostrar los peligros de la AC empleándola para electrocutar perros y caballos en demostraciones en público. Tesla respondió más tarde con una exhibición en la Feria Mundial de 1893 en Chicago.Tal y como Paul Auster escribe en su novela Moon Palace, Tesla, que medía dos metros y cuya figura llamaba la atención con su negro abrigo de corte clásico y su bombín: “realizó trucos mágicos con electricidad, haciendo girar pequeños huevos de metal en una mesa, y lanzando chispas por las puntas de sus dedos”.
Por supuesto, Tesla ganó la “guerra de las corrientes”. El industrial George Westinghouse finalmente le compró la patente para la energía AC. Y como dijo W. Bernard Carlson, profesor de historia en la Universidad de Virgina que en la actualidad escribe una biografía sobre Tesla: “Era igual de popular, sino más, que Edison”.
Otras batallas supusieron un reto mayor. Aunque Tesla inventó la radio en 1895, Guglielmo Marconi (que usó uno de los osciladores de Tesla para enviar señales a través del Canal de la Mancha) presentó la patente en 1904 y más tarde ganó el Premio Nóbel. A pesar de que en 1943, el Tribunal Supremo de los EE.UU. otorgó la patente post mortem a Tesla, Marconi continúa siendo considerado el padre de las ondas aéreas.
La radio resultó ser problemática también en otras formas. En 1899, mientras experimentaba con corrientes eléctricas en alta frecuencia y con grandes voltajes en una alta meseta en Colorado, Tesla creyó recibir señales de radio de los alienígenas. Esto le convirtió en el hazmerreír entre sus colegas (aunque inspiró el culto de los que creían que el propio Tesla era un extraterrestre).
La reputación de Tesla no se habría deteriorado de por vida si su inteligencia financiera hubiera sido, de algún modo, parecida a su genio científico. En su lucha por ganar la patente de la radio, Marconi, un noble y saludable italiano, poseía un fuerte respaldo financiero. Tesla era tan inepto con sus financias, que rompió el acuerdo de sus royalties con Westinghouse – en adelante millones – cuando el empresario atravesó una crisis financiera temporal causada por la costosa batalla judicial contra Edison.
Los problemas económicos también evitaron que Tesla continuase experimentando en una de sus grandes obsesiones: la transmisión de electricidad sin cables. El Sueño de Tesla consistía en suministrar energía gratuita a todo el mundo, pero ya que los financieros no veían demasiado beneficio en este utópico proyecto, tuvo que vender la escritura de su laboratorio para saldar deudas.
El movimiento en recuerdo de Tesla comenzó a gestarse alrededor de la década de 1980, cuando sus estrafalarias afirmaciones comenzaron a tener sentido para los científicos. Tomemos esas señales alienígenas, comenta el Dr. Jasmina Vujic, profesor de ingeniería nuclear en la Universidad de California en Berkeley: “Ahora sabemos que muchas estrellas – los púlsares – emiten señales de radio”.
Los historiadores científicos también percibieron que el trabajo de Tesla sobre un “rayo de la muerte” - un proyecto final que afirmaba que podría destruir 10.000 aviones desde una distancia de 418 Kilómetros y que, según él, podría acabar con todas las guerras - era similar a la Iniciativa de Defensa Espacial proyectada por Ronald Reagan, también conocida como “Guerra de las Galaxias”. (Teóricos de la conspiración señalan que, después de la muerte de Tesla, el FBI de J. Edgar Hoover confiscó sus investigaciones y otras pertenencias).
Los trabajos de Tesla en robótica y comunicaciones en red sin cables han probado ser adelantados a su tiempo. Y sus diseños para una turbina sin aspas y una bomba sin ningún tipo de parte móvil (modelada a partir de un diodo) continúan intrigando a los ingenieros contemporáneos. “Yo diría que la mayoría de los conceptos de Tesla han finalizado siendo construidos y ampliados”, comenta Todd Wilkie, ingeniero eléctrico que trabajó para Intel.
Según el sr. Carlson, Tesla es especialmente relevante en el año 2006 porque “la tecnología es deshumanizadora; nos envilece. Tesla permite que las personas celebren el progreso tecnológico de una forma muy intuitiva y espiritual”.
Más allá, Tesla es una figura unificadora en los Balcanes. Serbia y Croacia le saludan como su “hijo natal”. Su rostro aparece en los billetes serbios de 100 dinares. Su figura ha sido también conmemorada en los EE.UU. con la emisión de su propio sello, y existen sociedades destinadas a honrar la memoria de Tesla en más de 20 países, incluyendo Grecia, Brasil y Corea. Incluso la comunidad científica ha terminado por rendirle honores dando su nombre (“el tesla”) a la unidad de medida de densidad de flujo magnético, que se emplea para calibrar las máquinas visualizadoras de resonancia magnética.
Además está el asunto de la corriente alterna. El Dr. Alab Bristol, investigador en física de la Universidad de Toronto dice: “Los motores AC son el caballo de batalla de la sociedad moderna actual, sin ella no tendríamos la mayor parte de los electrodomésticos ni cualquier forma de industria moderna”. ¿Y en cuanto a la presencia de Tesla en la cultura popular? “Fue un inventor y un artista”, dice el dramaturgo Kevin Kerr, co-autor de Brilliant, una obra sobre Tesla. “Le encantaban las cosas bonitas. Los objetos que diseñó eran altamente prácticos y normalmente invenciones revolucionarias, pero también tenían que ser estéticamente atrayentes”.
La historia de un visionario que murió con su genio no reconocido, es de un interés obvio también para los artistas. Tesla aparece como una figura romántica aniquilada en la canción de Handsome Family Tesla's Hotel Room. Los días finales del inventor son elegíacamente llamados “los últimos días del asombro, cuando los espíritus aún volaban alrededor de los abombados tubos de ensayo en las habitaciones en semipenumbra”.
Al final, no son los ahora reconocidos logros de Tesla los que han cautivado la imaginación del público, sino sus fracasos – concebidos de forma tan idealista y extravagante – y sus valientes e incumplidas promesas.




1 comentario:

MJAdrenalyn dijo...

En numerosas ocasiones los reconocimientos llegan demasiado tarde, sobre todo, si eres un genio y pocos llegan a comprenderte.