06 febrero 2007

El CASTIGO DE NÍOBE

He decidido crear esta nueva sección. La mitología es uno de los temas por el que siento verdadera predilección, supongo que los cuentos de niña se me quedarón cortos y me niego a dejar estas historias. Máxime teniendo en cuenta que es una herramienta esencial para enteder el arte, y va ligado a él, ya sea antiguo o contemporáneo. Pues bien, a partir a ahora os pondré alguno de los mitos que me gustan. Para empezar, y ya que dentro de cuatro días me marcho a París, al Louvre y voy a gozar con todo mi mundo, jej, os cuento el mito de Niobe, que aparece en muchas de las piezas de arte griego, sobre todo en cráteras (vasijas) y cerámica en general.
Mito
La reina Níobe es una de las figuras más trágicas de la mitología griega es .
Era hija de Tántalo, quien había sido condenado en los Infiernos a sufrir eternamente de hambre y sed por haber robado la comida de los dioses.

Níobe, hermana de Pélope, se había casado con Anfión, un gran músico que había ayudado a construir las murallas de Tebas atrayendo a las rocas con el sonido de su lira. Los dos esposos llegaron a ser reyes de esta ciudad.

Níobe tenía un gran motivo de orgullo. No era por su belleza, aunque era hermosa, ni por la habilidad de su esposo, ni por su reino ni por sus posesiones. Había dado a Anfión siete hijos y siete hijas, todos de gran belleza, y en ellos basaba toda su felicidad. Habría podido vivir una larga vida de dicha, pero sus palabras de orgullo trajeron la desgracia a su casa.

En una ocasión, cuando se celebraban los ritos de adoración para Latona y sus dos hijos, los dioses Apolo y Artemisa, la reina Níobe dijo a quienes la rodeaban:

-Qué tontería es el adorar a seres que no pueden ser vistos, en lugar de rendir pleitesía a quienes están frente a vuestros ojos. ¿Por qué adorar a Latona y no a mí? Mi padre fue Tántalo, quien se sentó a la mesa de los dioses. Mi esposo construyó esta ciudad y la gobierna. ¿Por qué preferir a Latona? Yo soy siete veces más dichosa, con mis catorce hijos, mientras ella tiene solamente dos. Cancelen esta ceremonia inútil.

El pueblo de Tebas la obedeció, y los rituales quedaron incompletos. Pero Latona había escuchado las palabras de Níobe, y ssu venganza no se hizo esperar. Llamó a sus hijos Apolo y Artemisa, les repitió las palabras de Níobe y los envió a castigar el orgullo de esa mujer.

Ocultos por las nubes los dos dioses pusieron pie en las torres de Tebas. Frente a la ciudad se celebraban juegos atléticos, en los que participaban los hijos varones de Níobe y Anfión. Apolo tomó su arco y sus flechas, y uno a uno mató a los jóvenes. El menor de ellos, el único que quedaba, gritó al cielo: -¡Perdonadme, oh dioses! -Apolo quiso respetar su vida por su ruego, pero la flecha ya había abandonado su arco y el muchacho cayó muerto.

Advertida por los gritos de la gente, Níobe llegó al campo donde se encontraban los cuerpos de sus hijos. A su alrededor estaban sus hijas, que compartían con ella su dolor. Pero una a una, ellas también fueron cayendo sin vida, por los dardos lanzados por Artemisa.

Abrazando a la más pequeña, mientras las demás yacían a su lado, Níobe gritó: -¡Dioses, dejadme al menos una! -Pero fue inútil, pues pronto la niña se desplomaba con una flecha en su pecho.

Al ver a sus hijos muertos, Anfión se enfureció. Se dirigió al templo de Apolo e intentó prenderle fuego, pero el dios lo abatió con sus flechas. Níobe tomó en sus brazos el cuerpo de la más pequeña de sus hijas y huyó enloquecida a Asia Menor. Los restos de su familia permanecieron insepultos durante nueve días, pues los dioses habían transformado en piedra a los habitantes de Tebas. El décimo día, los propios dioses les dieron sepultura.

Níobe vagó con el cadáver de su hija hasta llegar al monte Sípilo. No pudo avanzar más, pues su dolor no le permitía moverse. El viento no agitaba su cabello, sus ojos quedaron fijos en el rostro de su hija, la sangre dejó de fluir dentro de ella. Se transformó en una roca, pero sus ojos siguieron vertiendo lágrimas que dieron origen a un manantial.

2 comentarios:

Marshall dijo...

Me parece absolutamente genial esta nueva sección. Yo mismo también soy un amante (aparte de excepcional, je... Modesto baja, que ya subo yo) de la mitología y creo que hay historias fascinantes más allá de las que todos hemos escuchado en alguna ocasión de los cuentos de Ulises y demás. Particularmente me llaman la atención las mitologías nórdicas, germana e irlandesa... mírate lo de los "Tuatha de Danaan" y demás y flípala con las cosas que te cuentan (por si no estás familiarizada con ello). Es más, yo creo que las telenovelas venezolanas se basaron en la mitología para crear sus tramas... pero simplificándoles muy mucho, porque hay que ver la de sexo, muerte y desolación que hay en ellas... y me refiero a los mitos y leyendas. Pues eso, que gran idea la que has tenido. Seré un fiel lector, puedes estar seguro de ello.

Marshall dijo...

"Segura", quería decir que podías estar "segura de ello". Usted perdone, que ya sé que la operación de cambio de sexo te la han pospuesto para finales de verano, jejeje...