09 abril 2007

Fiestas de Primavera: EL BANDO DE LA HUERTA

Su origen se remonta a nada menos que 155 años. El Bando nace como un pretexto para la diversión de gente acomodada, diversión en la que se caricaturizaban expresiones y costumbres de las gentes humildes de la huerta y donde no se regateaba en exageraciones e incluso burlas sobre el modo de hablar de aquellos que acudían a la ciudad a vender sus productos y realizar compras.

1. En la primera etapa, que va de 1851 a 1865, se celebraba por la mañana y estaba ligado al carnaval. Si bien tuvo un buen comienzo, poco a poco fue perdiendo fuerza y desapareció durante un periodo de diez años.

2. Entre 1876 y 1879 se vuelve a recuperar, gracias al esfuerzo del periodista Martínez Tornel. Éste criticaba entonces los numerosos bandos panochos que malos aficionados escribían, tildándolos de zafios, groseros y poco adaptados al dialecto murciano.

En esta segunda etapa la burguesía cede algo más de protagonismo a los huertanos que, a su vez, aprovecharon la oportunidad para ironizar sobre las costumbres de la ciudad.

La noche del 14 de octubre de 1879 se produjo la terrible riada de Santa Teresa con pérdidas terribles en vidas humanas (más de 700 muertos), en ganado (22.000 animales) y la destrucción de cientos de casas que dejaron sin hogar a miles de damnificados.Con semejante desastre gravitando sobre los ánimos y las vidas de todos, el Bando desapareció hasta caer prácticamente en el olvido durante veinte años.

3. Abarca desde 1900 y alcanza hasta la Guerra Civil. Durante esta etapa el Bando no sólo consigue reaparecer sino que alcanza tal renombre que atraía incluso a gentes de otras localidades . Díaz Cassou o Frutos Baeza son los panochistas preferidos del público . Frutos Baeza era el presidente de la agrupación organizadora de El Bando; en la década de los años veinte, la agrupación pasa a las manos del círculo de Bellas Artes.

4. Surge tras el paréntesis (1937 y 1938) de la Guerra Civil, es decir, en 1939, y lo hace en septiembre y por la tarde.

No se celebra en 1940 ni en 1941, reapareciendo en 1942 gracias a los desvelos de José Alegría, quien logró erradicar aquellos aspectos que avergonzaban y molestaban a la huerta.
Estuvo constituido por cuatro carrozas cuya temática, el pimiento, la naranja, la seda y el perráneo, simbolizaba al mundo del que se constituía en representación. Se volvió a celebrar en Domingo de Resurrección, pero pasaría al Lunes de Pascua en 1943 con la participación de nada menos que de siete carrozas.
A partir de 1944 la Reina de la Huerta desfiló con carreta propia.
La figura de "La Reina de la Huerta" fue una novedad, obra de José Alegría. En estos años de posguerra los desfilantes cobraban por hacerlo 150 pesetas y los trajes se traían alquilados de Valencia.

5. A partir de 1967 el Bando da un giro en positivo. Veía la luz el nacimiento de la Federación de Peñas. Nace un año después la revista anual “Bando“ y, sucesivamente, se van otorgando Panochas de Oro a los mejores bandos.

Actualmente, se podría decir que se celebran el mismo día dos bando conjuntos: el bando huertano típico, especialmente indicado para niños y mayores, con el desfile de carrozas y peñas huertanas bailando sus jotas, dando regalos y exponiendo los métodos de trabajo de los huertanos de antaño; y por otro lado, estaría el bando de los jóvenes, cuya tradición es quedar a las 11 de la mañana en una plaza o parque, vestido por supuesto de huertano/a, con un clavel en el chaleco.
El día se inicia tomando unas cañicas, para llegando las doce de la mañana, ir a una barraca y tomar sus correspondientes marineras (rosquilla con ensaladilla rusa y una anchoa encima). Ya entrado en calor, lo que queda es pasar todo el día haciendo ruta turística de barraca en barraca, comiendo morcillas, salchichas, longaniza, tocinos asados, montaditos de lomo, patatas con ajo, zarangollo, pasteles de carne y demás productos típicos murcianos, etc.. todo ello acompañado con habas tiernas y una buena bota de vino o cerveza. Sin olvidar, el postre, los típicos Paparajotes ( es una masa frita que se unta en azúcar y que tiene en su interior una hoja de limón, no comestible, pero que le da mucho sabor).
Llegadas las cinco de la tarde, entonces se pasa uno a las copichuelas, que en este día de permisibilidad absoluta, todas la calles y plazas están llenas de barras de bar, con música y los botelleos son en la calle.

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